La ciencia lo avala: el frío es nocivo para la piel. Así lo corrobora un estudio publicado en la revista Experimental Dermatology en el que se corrobora que las bajas temperaturas pueden provocar mayor sequedad que favorece la formación y consolidación de arrugas.
Si el verano está marcado por una excesiva exposición al sol, en épocas frías los vasos sanguíneos se constriñen para evitar la pérdida de calor y disminuye el aporte de sangre a la piel, que reduce las secreciones de sebo y la transpiración. Esto afecta a la hidratación cutánea, que puede disminuir propiciando sequedad y afectando a la barrera de protección natural frente a las agresiones externas de nuestro órgano más grande frente.
Sin embargo, la solución no pasa por embadurnar la cara en crema, porque como advierte Beatriz Guerrero, CEO del salón de belleza Ángela Navarro, “la sobrehidratación puede hacer que se desajuste el manto hidrolipídoco y se produzcan alteraciones por exceso de humedad, sobre todo en las zonas de pliegues”. Al igual que la radiación solar, la polución o el estrés, un exceso de hidratación puede deteriorar la función barrera, el primer escudo de nuestra piel, que debe mantenerse hidratada. “La piel no tiene una capacidad infinita de recibir activos, por lo que muchas veces no se trata de aplicar más y más producto, sino de poner lo que necesita en ese momento. El exceso de hidratante puede hacer nuestra piel vaga”, explica. Por su parte, la doctora María Vitale, dermatóloga y directora médica de Cantabria Labs, advierte, “la sobrehidratación altera el funcionamiento normal de la piel y hay que encontrar el equilibrio entre lo que se aporta y lo que se pierde”.
Lo ideal es no llegar a los extremos. Y así lo indican las especialistas consultadas, que indican la importancia de alcanzar un equilibrio hídrico entre la pérdida de agua transepidérmica que se genera en nuestro organismo, y el aporte de fórmulas hidratantes. Una ecuación que encuentra la clave en la función barrera. “Más interesante que hidratar es utilizar productos para protegerla”, apunta Beatriz Guerrero, que Indica que la cantidad de crema que hay que aplicar “depende de la textura y la capacidad de penetración y velocidad de absorción.
La piel debe quedar lubricada pero no pringosa”, aclara. Pero, que no cunda el pánico, la experta en belleza indica que la cantidad ideal para poner en la piel y que no se deshidrate ni se sobrehidrate “oscila entre el tamaño de un guisante y el de una avellana”. Con esta medida, la crema puede aplicarse “tanto por la mañana como por la noche como y a demanda si nuestros niveles de sequedad son muy altos. Si utilizas crema hidratante en tu rutina de día, aplícala antes de la protección solar y después del tónico o los sérums, en el caso de que los uses, y en movimientos ascendentes, tomando de referencia las direcciones nariz-alto pómulo-sien, mentón-mandíbula-sien, y desde el entrecejo hacia toda la línea de entrada del cabello”.
Fórmulas que cuidan la función barrera
- Cantabria Labs Con una textura muy ligera, Endocare hyaluboost Age Barrier mejora la hidratación y resistencia de la piel gracias a su combinación de ingredientes. La fórmula de este serum contiene la tecnología patentada Edafence junto con niacinamida, ceramidas y ácido hialurónico. Un gran aliado para mantener el equilibrio hídrico.
- Twelve Beauty Nutritive Repair Emulsion es una crema de consistencia rica pero de fácil absorción formulada para restablecer la piel muy reactiva o seca. Contiene una exclusiva combinación de ingredientes ricos en ácidos grasos insaturados como el á linoleico y fitosteroles, que son esenciales para regenerar y fortalecer la barrera epidérmica.
- Sisley Cada cinco segundos se vende una Émulsion Écologique, lanzada hace más de cuatro décadas y recién reformulada por la maison. Un tratamiento que gracias a sus activos vegetales equilibra la microbiota, principal componente de la primera capa de nuestra piel.
FUENTE:
www.revistavanityfair.es